30 abr 2014

Ciudadelirante

Las distancias son largas.
Las curvas difíciles.
No hay intersecciones en esta vida.
No hay parada de descanso.
No hay almas que rondan el lugar.
Solo canciones de armonía espirituales.
Canciones que caen del cielo y que suben del infierno.
El calor y el frio rondan por este desierto blanco.
Las heladas mañanas de este verano no cesan nunca.
El calor insoportable que
siento de este interminable invierno.
Este frio me quema la sangre.
El calor me congela el corazón.
La cura no tiene receta.
Mi remedio ha expirado.
Mi cita se termina en el horizonte rojizo.
Las curvas cada vez más difíciles son.
Las distancias se achican.
Estoy llegando a lo que es mi último destino.
Mi destino es el final de mi principio.
Las almas no aparecen.
Las canciones cesan.
Las curvas se estrechan.
La distancia termina a mis pies.
Un horizonte de fuego aparece a lo lejos.
Se escucha una trompeta que hace explotar mis tímpanos en sangre.
Veo pies de miles de personas encima de mi cabeza y las calles con autos y edificios.
Una luz me ciega para la eternidad.
Un filo atraviesa mi pecho y ya solo ciento un dolor eterno.
Una tortura que yo sé que nunca terminara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Comenta!