Cuando lo triste se esconde,
puedo rearmar por un instante
las piezas rotas de mi alma.
Vuelvo a creer en que el sol
saldrá de nuevo por la mañana
y aunque la fría tormenta insista,
me encontrará de pie como a un pescador
porque luego la cálida brisa volverá,
y a mi espíritu abrazará
una vez más.
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