16 ago 2014

Atte. Para usted.

Querido lector, esta última carta que estoy escribiendo es para vos. No sé si la estarás leyendo a través de una computadora, un celular, de una tablet o impresa en un papel. Acá lo importante es que estoy muerta. Sí. Así es. Si estás leyendo, es porque me maté ahorcandome en el ático de mi casa.
Yo no te conozco, ni vos a mí, pero necesito decirte a vos que estas del otro lado, lo difícil que fue mi vida. Ver a mi marido engañarme, y tener que matarlo, fue lo más difícil. Al ver esa atrocidad mis hijos no me reconocieron y los tuve que matar también.
En fin, he llorado mucho en mis treinta cinco años de vida y he sufrido demasiado, pero siempre me gusto reír, es más, me estoy riendo mientras escribo esto: jajaja. Te lo escribo así te lo imaginás, recreandolo como una risa macabra de la peor película de terror.
Decidí contarte esto a vos a través de esta carta, una historia triste y sádica, que es la de mi familia, pero me causa gracia aún contarla. ¡Que la vida te sonría!

                                                                                                    Atte. La mujer detrás suyo…

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